Una ciudad única dónde las haya. La cultura en Roma se respira en todos los rincones de la ciudad y son innumerables los monumentos, museos e iglesias que la integran. La Ciudad del Vaticano es otro punto clave.
No sabría por dónde empezar, pero hay que resaltar al menos los sitios más emblemáticos: el Coliseo, la Fontana de Trevi, La Plaza de San Pedro, La Capilla Sixtina, Plaza Navona o Santa María la Mayor. Roma es una ciudad orientada al turismo debido a su afluencia. Está muy bien comunicada para poder seguir la ruta de monumentos a través de diversos medios de transporte. En Roma todo está bastante bien señalizado y podemos encontrar diferentes empresas que ofrecen servicios de visitas guiadas.
La gastronomía italiana es otro de los puntos fuertes. Los restaurantes romanos sirven pasta y pizza en todas sus variedades e infinidad de vegetales propios de esta zona mediterránea. Los helados son conocidos en todo el mundo por ser un deleite para el paladar y son muchísimas las heladerías que venden estos “gelati” en todas las épocas del año.
En Roma la gente es muy cercana, con carácter mediterráneo y acostumbrados a recibir a muchos visitantes. Siempre encuentras a alguien que te indique alguna dirección o te recomiende algún buen restaurante.
Cuando se acaba el día, Roma se transforma para dejar paso a un ambiente romántico. Sus calles con el aire histórico que la caracteriza, se iluminan y hacen que pasear por sus calles sea algo inolvidable.
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