La capital europea que más me ha gustado. El ambiente cultural y sobre todo su gente. Los alemanes a pesar de lo que nos imaginamos, son personas afables y siempre están dispuestos a ayudarte e indicarte los mejores sitios para visitar de la ciudad. Son una población muy tranquila y con facilidad para relacionarse, gracias a la diversidad de razas que se entremezclan en sus calles.
Voy a empezar por recomendar uno de mis sitios preferidos, la plaza Alexanderplatz. Es una de las más grandes de Berlín, parte de ella se destruyó durante la Segunda Guerra Mundial y después la convirtieron en peatonal. Uno de los sitios más bonitos y característicos, es el Barrio de Nikolaiviertel, es la zona antigua de Berlin . Sus calles medievales están llenas de locales, comercios y restaurantes, y es curioso, porque siempre se ha ido construyendo y rehabilitando la zona, pero siguiendo el modelo histórico de sus calles y casas.
Otras visitas obligadas son la evangélica Catedral de Berliner Dom, la antigua Galería Nacional y sus fantásticos parques y jardines como por ejemplo el bosque de Grunewald.
La ciudad está llena de restaurante para todos los gustos. Encontramos platos típicos como el Currywurst, o las albóndigas Bulette, pero también toda una amplia variedad de comida australiana, francesa y asiática.
En Berlín se frecuentan mucho las fiestas al aire libre, donde puedes reunirte con amigos, comer y beber tranquilamente por la calle. Los espectáculos son constantes por toda la ciudad, y orientados a todo tipo de espectadores. Tiene tres casas de la Ópera, con lo que nos podemos hacer una idea de la importancia que dan los berlineses a la cultura. Las actuaciones en recintos abiertos también son muy frecuentes a lo ancho y largo de toda la ciudad.
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