Sin palabras, me quedé enamorada la primera vez que visité Londres y ya son tres veces las que me he escapado de fin de semana. La combinación de aviones para ir allí es estupenda y es muy fácil encontrar buenas ofertas para pasar unos días. Hay muchas alternativas en lo que a hoteles y pensiones se refiere y una vez allí, te puedes desplazar en metro o en autobús de una forma muy sencilla.
El ambiente cultural londinense es único y te envuelve de una manera especial. Para empezar, hay visitas obligadas como son el Big Ben, el Palacio de Westminster, el Palacio de Buckingham y su Cambio de Guardia, la Catedral de San Pablo, el Tower Bridge, la Torre de Londres o el Palacio de Kensington.
La oferta de ocio en Londres es amplísima. En la Plaza de Picadilly Circus se pueden encontrar todo tipo de actuaciones, espectáculos, locales de moda, bares, pubs y restaurantes. Es precioso sobre todo por la noche, ya que tiene una iluminación espectacular.
Muy cerca de aquí está Chinatown, con muchísimas tiendas y restaurantes de comida típica y la verdad es que vale la pena verlo.
Trafalgar Square también es uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. Hay mucho ambiente tanto de turistas como de londinenses. Particularmente me encanta el Covent Garden, porque puedo estar paseando todo el día de tienda en tienda y comiendo esos riquísimos pasteles que ofrecen sus cafeterías. Los museos y parques son numerosos, pudiendo destacar el Museo Británico, la National Gallery, y jardines como Hyde Park en pleno centro de Londres o el St James’s Park.
Respecto a la comida, se pueden encontrar por toda la ciudad establecimientos de comida rápida y económica como hamburgueserías, turcos y pizzerías. Uno de los platos rápidos que más les gusta a los ingleses es el fisch and chips; te aseguro que verás muchísimos y siempre llenos.
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